Aprovechando una de las visitas a Huancayo, me encontré con una situación totalmente inesperada. Es cierto, que cada vez que viajo o que tengo alguna reunión en Cañete, aprovecho para disfrutar de los manjares que la sierra peruana no puede ofrecerme, sin embargo, en esta ocasión, al llegar a Huancayo, me encontré con una grata sorpresa.
En medio de la calle y a modo de mercado, me pareció ver algo como un lechón. Mi primera reacción fue pensar que estaban crudos, y que era el mercado de carne, pero como soy un poco curioso...me acerqué para ver más de cerca y esto fue lo que me encontré. ¡¡Más de 10 puestos diferentes vendiendo lechón al horno!! Al ver a las señoras manipulando y desmenuzando la carne con las manos, uno coge un poco de temor de probarlo. Sin embargo, ante la insistencia de algunas de las vendedoras, no tuve más remedio que arriesgarme...y ¡menuda suerte tuve! Estaba delicioso. Tanto fue así, que compramos un kilogramo para tres personas y con chancho en mano, nos fuimos a una cafetería a comprar pan y jugo.
Desde que llegué a Perú, he probado diversas comidas, desde piraña a la brasa y rana gigante, hasta carne de alpaca y diferentes variedades de semillas nativas. Sim embargo, puedo decir, que este chancho ha sido uno de los bocados más exquisitos que he comido de momento. No se si se parecerá al típico lechón de Segovia, pero aún comiendo de sobaquillo en una cafetería, parecía como si estuviésemos deleitándonos en un muy buen restaurante.
De todas maneras, y sin ánimo de ofender, creo que dónde se ponga un buen bocata de tortilla de patatas y longanizas, que se quite todo lo demás...pero como de momento, eso no va a poder ser, seguiré probando todo tipo de comidas....Si todo va bien, proximamente probaré nuevoss platos de la Selva Central!
p.d La foto fue tomada por Rodolfo con su celular...lo que me hace recordar una vez más, que siempre debería llevar mi cámara encima, pues uno nunca sabe cuándo tendrá la ocasión de poder tomar una buena y curisosa foto.