jueves, 23 de septiembre de 2010

De regreso...


Hace unas dos semanas regrésé de Iquitos. La verdad, es que ha sido una experiencia increible. Los paisajes, los lugares que he visitado, la cultura "indígena", toda la biodiversidad que he visto, la cantidad de ríos con sus fabulosos meandros, la inmensidad de bosques que, vistos desde el cielo, se extienden hasta el horizonte y más allá, entre muchas otras cosas, que ya os contaré detalladamente en otra ocasión.

Cierto es, que al igual que esta mancha verde se extendía hasta dónde alcanzaba mi vista, lo mismo ocurría con columnas de humo. Desgraciadamente, estas indicaban la presencia de quemas de selva primaria para convertirlas en terrenos agrícola; los cuales, en 2-3 años, pasarán a convertirse en zonas degradadas, en las que muy díficilmente se restaurará el ecosistema original. Debido a las fuertes e intensas precipitaciones, todos los nutrientes y el suelo mismo, son arrastrados hacía los ríos, y de ahi al mar.

Mi aventura comenzó en Iquitos. Como de costumbre, no tenía nada planeado, fui a la aventura. Una vez en el "motocarro-mototaxi", me dirigí a la plaza de armas y allí comencé a buscar algún hotelito "seguro" y no muy caro. Una vez encontrado, todavía me quedaba la tarea más difícil, encontrar alguna agencia de viajes que ya tuviera programada alguna salida a la selva, cuanto más lejos e internado mejor, y de larga duración. Después de preguntar en varios lugares, finalmente encontré un buen chollo.A 130 km de Iquitos, en el Río Yanayacu (agua negra) en plena selva virgen, y con tan solo dos comunidades presentes en la zona, me embarqué en una excursión junto a dos chinitas canadienses y dos a ustriacos por el módico precio de 85 soles/día (unos 24 euros/día) incluyendo transporte en taxi hasta Nauta, viaje en bote hasta el lugar, las tres comidas, agua, mate y por supuesto alojamiento y todo tipo de actividades, en un programa totalmente flexible y adaptable a mis gustos y preferencias. La verdad es que el resto de personas pagó bastante más que yo....Posteriormente, a lo largo de los días, se fueron incorporando algunas otras personas, pero sólo mis amigas chinitas y yo, estuvimos los 7 días.

Durante ese tiempo me hospedé en el lodge que podéis ver en la foto. Todo estaba hecho de madera y tanto las habitaciones como las zonas comunes, estaban forradas de mosquitaras. Si bien es cierto, que esto no suponía ningún impedimento a las cucarachas, arañas y otro tipo de insectos y animales que podías encontrar diariamente en tu cuarto...Por supuesto, lo primero que hice antes de acostarme fue hacer una gran matanza de cucarachas y arañas. ¿véis la tarántula de la foto? Pues es lo primero que vi un día al despertarme...y ¡sí!, ¡estaba dentro de la mosquitera..! Además coloqué la cama en el medio la habitación, para evitar que los insectos pasaran de la pared a mi cuerpo, complicándoles así un poco más, el poder "atacarme".

Entre las actividades que realicé, las más impactante de todas fue el de hacer supervivencia en la selva. Íbamos con una mosquitera y un par de plásticos, para protegernos de la lluvia. Además, también llevábamos algo de comida, pero básicamente comimos peces pescados rudimentariamiente del río con algo de arroz hervido. Nunca me había imaginado el poder comerme aquellos peces, que desde pequeño, he estado criando en mis acuarios. Chupaalgas, Oscar, Pirañas y otro tipo de cíclidos y barbos constituían parte del menú diario. Durante la supervivencia, también comimos hongos silvestres, corazón de palmera, larvas "sabrosas" con sabor a coco, una rana gigante llamada "hualo" y bebimos agua de la liana uña de gato. También estuvimos buscando caimanes por la noche...pero, afortunadamente para ellos, todos se encontraban en el medio del río, siendo imposible capturarlos y cocinarlos. Por supuesto también vimos monos, una serpiente de coral, loros, algunos guacamayos y tucanes entre muchos otros animales.

En fin, como no quiero aburriros más, simplemente deciros, que francamente ha sido impresionante, y si no fuera por la cantidad de insectos que hay (que a duras penas te permiten dormir por la noche, tanto por el ruído como por sus picaduras y por notar su presencia), podría decirse que seguro que se asemeja al paraíso. En esta ocasión, la visité durante la época seca, pero si la vida, el tiempo y el dinero me dan de si, intentaré visitarla durante la época lluviosa también. Las aventuras y anécdotas son mumerosas, y aquí tan sólo os he contado una ínfima parte de lo que podría contarse. Además, cómo una foto vale más que mil palabras, os he puesto numerosas de ellas, para podáis haceros una idea de lo que he vivido. Ya por último comentar, que si alguno de vosotros pretende visitar la selva, algo que no debe de faltarle son unas "catiuscas", unas baratas y sencillas botas de agua. Es el elemento más importante, pues te mantiene seco y además, lo más importante, te protege frente mordeduras de serpientes...nada de botas caras de montaña....con 40 soles obtienes tu mejor herramienta!

4 comentarios:

  1. A mi que no me esperen en la selva pero me encanta que me lo cuenten...

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  2. Pues seguro que te encantaría!
    El otro día, subiendo a Yanacancha (REPANA de Miraflores, perdí el camino, y me dediqué a subir por la quebrada y el barranco, hasta arriba del todo (4200 m), que es en dónde estaban haciendo la faena. Esa excursión si te hubiera gustado

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  3. Eva!!
    Todavía espero tu visita o tu postal, eh?
    O al final váis las 3 a China?

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